MÉTAFORA DEL TREN

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La variabilidad en la rapidez de la progresión de la infección VIH se ha explicado aludiendo a la metáfora de un tren (según Ho, citando al retrovirólogo Coffin). En ella la infección VIH es el propio tren, la cantidad de virus que existe (carga viral) es la velocidad que lleva el tren y los raíles que componen el trayecto son los linfocitos CD4 que tiene el paciente. La estación final es el desarrollo del SIDA hacia la que el tren avanza, pero va a necesitar un tiempo para recorrer el trayecto. A similitud de linfocitos CD4, el tiempo va a depender de la cantidad de virus (velocidad) y por lo tanto cuanto más baja sea más tiempo tardará en recorrerlo; si la carga viral es indetectable, la velocidad del tren será prácticamente nula, pero por lo que hasta hoy se conoce el tren no se para del todo, parece como si existiese una ligerísima pendiente hacia abajo, por lo que no se llega a frenar. Cuando la carga viral sea similar, el tiempo depende de la distancia que se tenga que recorrer. Si el sistema inmunitario está conservado, el trayecto es muy largo, le costará más tiempo llegar al destino; por el contrario, conforme la cifra de CD4 cae, el recorrido es menor y a igual velocidad el tiempo empleado en recorrerlo será menor.La cifra de linfocitos CD4+ se acorta en un promedio de 50-80 células/mm3 al año aunque diversos factores, por ejemplo la presencia de cepas inductoras de sincitio, pueden ocasionar pérdidas mayores con carga viral relativamente estable.El punto de partida de este tren lo constituye la primoinfección; si ésta es sintomática por lo general se piensa que los valores de viremia serán moderadamente elevados y se mantendrán en los períodos posteriores en ausencia de tratamiento.Si aceptamos esta metáfora del tren podemos comprender las guías actuales del tratamiento antirretroviral: Tratar lo más pronto posible y lo más duro posible. Con ello reducimos la replicación viral a niveles bajos a la vez que preservamos el sistema inmunitario (en la metáfora, disminuimos la velocidad del tren y aumentamos el trayecto a recorrer; queda por saber si llegamos a una infección crónica, a la curación o qué puede pasar en estaciones intermedias).
Se debe insistir en que a pesar de los actuales, y seguramente en poco tiempo mejorados, tratamientos con antirretrovirales o en las esperanzas puestas en futuras vacunas, en la actualidad la mejor forma de combatir el SIDA es no subirse al tren (prevención).

http://www.ctv.es/USERS/fpardo/virus.htm#v5

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